Dos jueces británicos de alto rango han renunciado a la Corte de Última Instancia de Hong Kong, citando la deteriorada situación política de la ciudad como motivo de su dimisión. Las renuncias de Lord Jonathan Sumption y Lord Lawrence Collins resaltan las crecientes preocupaciones sobre el estado de derecho y la independencia judicial en Hong Kong tras la promulgación de una ley de seguridad nacional impuesta por Beijing. Su partida subraya la inquietud internacional en torno a la represión pro-China de la disidencia en la ciudad, generando alarmas sobre el futuro del sistema legal de Hong Kong y su larga reputación de imparcialidad judicial.
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